miércoles, 30 de julio de 2008

CENA DE ANIVERSARIO DE LA AUZ


















¿CRISIS?

Por Amín Sade Amado, presidente de la AUZ
Crónica de opinión, publicada en el Diario La Estrella de Iquique, el viernes 25 de julio del 2008

Dificultades que enfrenta la economía asegura el gobierno. Algunos ya hablan derechamente de crisis.
Al recuerdo se nos viene a la mente lo sucedido en 1997, cuando comenzó la denominada Crisis Asiática, que desplomó las principales bolsas de comercio del mundo. Chile no fue la excepción del fenómeno y su frágil economía sufrió el rigor del impacto planetario del descalabro económico, primero de Tailandia y, luego de Asia y el mundo en general.
Existen signos de debilidad en el crecimiento de la economía nacional.
La producción industrial y minera muestra descensos, para qué hablar de la disminución en el área de la construcción, pues basta mirar el estancamiento de los nuevos proyectos inmobiliarios. En el sector comercio, la situación no es mejor, pues existen antecedentes que el consumo de la población disminuye en tiempo de incertidumbre.
En términos simples, la inflación en nuestro país aumentó, no así el crecimiento económico.
El desempleo subió en el trimestre marzo-mayo de este año respecto de igual período de 2007, de un 6,7 a un 8%. En términos prácticos, el costo de la vida ha aumentado en los últimos 12 meses en 9,5%.
Transporte, alimentación, vivienda, vestuario, combustible forman parte de la canasta familiar propuesta por el INE y que durante los últimos meses ha mermado sustancialmente la economía doméstica.
Por lo anterior, las personas comienzas a endeudarse. Para evitarlo, el Banco Central, sube las tasas de interés, y eso disminuye la intención de compra de la población en este juego de la oferta y la demanda, pero igualmente frena el crecimiento.
A nivel de gobierno se estudian medidas, incluso se plantean ajustes desde el ministerio de Hacienda para recortar el gasto fiscal del Presupuesto 2009.
Diputados y la propia Presidenta de la República, han promovido tal acción, con el único requisito que no se disminuya el gasto social.
Quizá sean una buena fórmula para resolver el aumento de la inflación.
Dicen que los periodos de crisis o incertidumbre, son las mejores ocasiones para crecer. Quizá sea el momento para generar los instrumentos necesarios que permitan la generación de empleo, por ejemplo, acelerar los proyectos de infraestructura vial, como iniciar las obras de doble vía entre Iquique y el aeropuerto o las de conexión a la ruta Panamericana. Terminar definitivamente la ruta internacional Huara-Colchane, o por qué no, otro acceso a nuestra ciudad que lo conecte con Alto Hospicio.
La economía chilena está en muy buen pie, con un constante precio internacional del cobre y un desarrollo cada vez más constante de otros sectores exportadores.
Existen fondos del gobierno que bien pueden ser destinados a obras de mejoramiento vial, portuario y no a medidas de corto plazo, como los dineros destinados al fondo de estabilización de los combustibles que solamente duró un par de semanas.
Nadie quiere hablar de crisis, pero los antecedentes nos señalan que hacia allá podríamos ir. Nuestra misión es cómo enfrentar los vaivenes económicos mundiales y ser capaces de salir airosos de ellos. Con emprendimiento, con altura de miras y no con pesimismo o medidas miopes que no aseguren nuestra estabilidad de largo plazo.
Las primeras señales del gobierno fueron desastrosas, definitivamente no ayudaron a la calma, menos mal que giraron en 180 grados.
De lo que hay que preocuparse es de ayudar al sector privado que genera la mayor parte del empleo a transitar los malo tiempos con medidas reactivadoras y pro empleo.
Las personas no deben asustarse de lo que estamos viviendo que si en realidad no es una crisis si son tiempos difíciles, pero el país tiene las herramientas para salir airoso, solo hay que saber usarlas.

viernes, 18 de julio de 2008

CIUDAD DESIERTA

Por Giorgio Macchiavello Yuras, director de la AUZ
Crónica de opinión, publicada en el diario La Estrella de Iquique, el viernes 18 de julio de 2008.

Hace menos de dos décadas se instaló como una de las prioridades dentro de la estrategia de desarrollo regional de Tarapacá la idea de potenciar nuestra zona en el área turística.
En esta nueva fórmula, nuestra ubicación geográfica, que actualmente es aprovechada como plataforma de servicios comerciales entre el Asia-Pacífico y Sudamérica, se ha conjugado el clima, las playas, que contrastan con el desierto, para potenciar el turismo.
Los poblados del interior, con su rica historia y cultura, ligada al mundo Aymara, reafirman nuestro potencial turístico.
Vacaciones y compras todo el año, convocan a Zofri en esta titánica tarea de consolidar a Iquique como principal destino turístico de Chile.
Una relación virtuosa, un plus que el visitante valora y aprovecha en sus días de descanso para comprar productos exentos de impuestos en el sistema franco, lo que obviamente potencia ambos sectores y nos diferencia del resto de nuestros competidores directos, como La Serena, Viña del Mar, Pucón y ahora un revitalizado Puerto Montt.
Sin embargo, debemos estar a la altura de estos nuevos desafíos y responder antes que se generen los problemas.
Durante el período de vacaciones de invierno, Iquique recibe un importante flujo de turistas. Las dos semanas de vacaciones son la excusa ideal para que las familias busquen destinos de "largo alcance", entendiendo por esto lugares que en un fin de semana largo son difíciles de llegar, pero nuestra ciudad queda literalmente vacía con el éxodo de los iquiqueños a lugares de descanso y principalmente por su participación activa en la festividad religiosa de La Tirana.
Lo anterior, querámoslo o no, se traduce en una falta de servicios para los turistas en Iquique.
Vacaciones en Iquique es sinónimo de turistas que llenan hoteles, restaurantes, usan colectivos, habidos de entretención, "invaden" el Mall Zofri. ¿Estamos preparados para recibirlos?
La receta de buen clima, hermosas playas y compras en Zofri la tenemos y reconocemos que la fórmula ha funcionado. Sin embargo, eso no necesariamente asegura dividendos a largo plazo.
Durante el primer semestre de este año el turismo, a nivel nacional generó ingresos por mil millones de dólares (22% más que el año pasado), lo cual significa que las metas de Sernatur, de alcanzar los 2 mil millones de dólares de ingresos para el Bicentenario se cumplirán antes, de aquí debemos preguntarnos cuanto podemos llevarnos de esta torta y si estamos haciendo lo que debemos.
Para consolidarnos turísticamente es imperativo aprovechar nuestras ventajas comparativas, potenciando circuitos de turismo alrededor de Iquique, "explotar" Pisagua, Pintados, Pica, Mamiña, Chusmiza, Camiña, Isluga, Usmagama, Quillagua y muchas otras.
Generar una oferta atractiva para recibir turistas, tanto nacionales como extranjeros es el gran desafío que tenemos por delante.
Faltan vuelos nacionales, caminos, rutas que nos comuniquen con el resto del país y con nuestros países vecinos. Autoridades públicas y empresarios han iniciado la labor de realizar un diagnóstico y buscar fórmulas para el desarrollo de la actividad turística de nuestra zona, para asegurar el progreso en el largo plazo.
Existe el consenso que el turismo es el sector de mayor dinamismo y desarrollo de nuestra ciudad, pero cómo combatimos el temor a ser asaltados, erradicamos las carpas de mendigos y pseudos mochileros, ebrios durmiendo en el borde costero, "tomándose" nuestros paseos público, cómo eliminamos los desechos domiciliarios instalados en microbasurales, como mejoramos la falta de luz en la noche en nuestro borde costero, el olor a fritanga y los ambulantes.
Esperamos un verdadero compromiso de las autoridades, pero, principalmente, de la comunidad, entendiendo que la tarea es mancomunada, no solamente del aparato estatal. Solamente así creceremos como ciudad y como región.

DESEMPLEO Y DESARROLLO

Por Amín Sade Amado, presidente de la AUZ
Crónica de opinión, publicada en el diario La Estrella de Iquique, el sábado 12 de julio de 2008.

Una de las características que menos identifica a la zona norte de nuestro país es la estabilidad. Períodos de bonanza económica, influenciadas fuertemente por el salitre, la pesca y ahora el cobre y el comercio, han marcado a fuego la identidad de las personas que han apostado, literalmente por hacer patria en estas inhóspitas tierras.
Las épocas cíclicas tienen en el ideario colectivo la sensación de bonanza, evidentemente en el corto plazo, pues la historia nos recuerda, lamentablemente, que lo que es "pan para hoy, es hambre para mañana".
A este proceso no ha escapado nuestra Zona Franca, con periodos buenos y malos. Solamente basta recordar la denominada Crisis Asiática de 1997, donde emigraron decenas de empresarios y cientos de trabajadores que perdieron su empleo. Gracias al empuje de usuarios que siguieron apostando en el sistema, la Zofri se recuperó.
Lo anterior, demuestra que el iquiqueño es capaz de reinventarse, de buscar soluciones para salir de su pobreza.
Asombrosamente, existe hoy un delgado hilo entre la posibilidad de reformularnos o no, de decidir respecto a nuestras proyecciones o ser subyugados por la imperiosa necesidad del gobierno central de determinar por nosotros.
Tarapacá, es una de las regiones con mayor desarrollo productivo y crecimiento del país. Tiene la estadística de alcanzar una tasa de desocupación de un 6,6 %, menor en un 1,4% con respecto al total de Chile que llegó al 8%. Incluso menor en un 0,4% con respecto al trimestre que comprendió los meses de febrero a abril del 2008.
Lo paradójico, es que en Iquique (capital de la región) la tasa de desocupación alcanzó a un 7,6 %, lo que se incrementó en un 2,2%, con respecto a igual trimestre del año pasado.
¿Cuáles son las causas de este aumento en la estadística?, ¿Cómo somos capaces de revertirlo? Alto Hospicio promedió en desocupación un 5,8%, menor en 1,8% con respecto a los meses de marzo a mayo del 2007.
Algunas autoridades explican el fenómeno en el incesante crecimiento económico y poblacional de la vecina comuna.
¿Pero qué pasa con Iquique? Muchos coinciden en el estancamiento de la economía nacional, con niveles de crecimiento del país por debajo de lo esperado, a lo que se suma un aumento en el IPC. Los habitantes tienen miedo a endeudarse y restringen su gasto. La economía se resiente. Lo ideal sería que la autoridad saliera en apoyo de la microempresa que es uno de los sectores que más da trabajo. También entregar medidas tendientes a potenciar los pilares o palancas de desarrollo de la región de Tarapacá.
Por eso nos preocupan los reales alcances del acuerdo concretado entre Chile y Bolivia en cuanto a la concesión de una zona extraportuaria para la nación altiplánica. También el traslado del sector automotriz de Zofri a la localidad de Alto Hospicio.
El gobierno central debe entender que no tomar medidas urgentes en el plano del crecimiento y flexibilidad laboral llevará a un aumento sistemático de la cesantía.
Las medidas que se tomen con respecto a fortalecer el crecimiento del país y la flexibilización laboral serán las que nos llevarán en definitiva a terminar en gran medida con el flagelo de la cesantía que golpea, principalmente, a los jóvenes, mujeres y a los menos capacitados. El país en este sentido tiene una gran deuda con su juventud, pues nunca se le dio la capacitación que necesitaban y ahora le están pasando la cuenta, porque un gran porcentaje de ellos está sin una fuente de ingresos.
Para nadie es un misterio que la proliferación de la violencia y los delitos está directamente relacionada con la falta de oportunidades de la población. También como consecuencia de la cesantía está el comercio informal en desmedro de lo formal, en un círculo nefasto para la ciudad y que lamentablemente es amparado por algunas autoridades.
De esta especie de enajenación de la estabilidad que todos queremos lamentablemente reaccionamos a destiempo, cuando la perdemos.