Por Amín Sade Amado, presidente AUZ
Publicado en el diario La Estrella de Iquique, el sábado 8 de noviembre de 2008.
El miércoles 5 de noviembre los gremios de Iquique, junto a parlamentarios de la región de Tarapacá, se reunieron con la Comisión de Zonas Extremas de la Cámara de Diputados en Valparaíso, con la finalidad de exponer el éxodo de un importante número de importadores de vehículos usados a Arica y definir la interpretación de la ley que regula a la Zona Franca de Iquique.
En el encuentro, donde estuvieron presentes los diputados de la región, el senador Jaime Orpis, la alcaldesa Myrta Dubost e importantes dirigentes de la región, fue planteada la necesidad de aclarar la certeza jurídica para el funcionamiento del sistema franco, debido a la extensión de los beneficios entregados a la ciudad de Arica con el traslado de parte del rubro automotriz y otros que podrían emigrar más adelante.
Miembros de la Comisión de Zonas Extremas se comprometieron a ser entes catalizadores de las inquietudes de las autoridades iquiqueñas ante la Presidenta de la República, y gestionar una reunión con la Mandataria. Además, citará en los próximos días a ejecutivos de Zofri S.A. y del Servicio de Aduanas para explicar sus posición respecto al traslado de empresarios a la ciudad de Arica.
En lo medular, la iniciativa de los gremios tiene como finalidad defender los intereses de Iquique y adelantarse a los nefastos efectos económicos que significará la partida de empresarios a Arica.
Quizá sea demasiado tarde, primero, porque fue la Contraloría Regional de Arica y Parinacota que dio el visto bueno a la autorización firmada por el intendente Luis Rocafull y el Servicio Nacional de Aduanas para la instalación de la empresa H.A. Motors. Esto significa, en la práctica que ya comenzó el traslado y su operación bajo el régimen de Zona Franca Industrial de Extensión en Arica.
H.A. Motors ya internó alrededor de 3.400 automóviles usados desde Japón a la vecina ciudad, los cuales serán adaptados mediante la incorporación de una válvula para un mejor su funcionamiento en territorios de altura. Con este mecanismo, obtuvo la acreditación de ejercer como un usuario industrial. Esa interpretación de la ley, tanto del Servicio Nacional de Aduanas, que fue luego ratificada por la Contraloría Regional y el intendente de Arica, dejó en jaque a Zofri S.A. y su intención de trasladar al rubro automotriz a Alto Hospicio.
Un pequeño análisis económico permitió adelantar que esta interpretación de la ley significará una merma importante en los ingresos de la principal palanca de desarrollo de la región. Afectará los ingresos de los municipios por medio del aporte anual que realizan los empresarios de Zofri a las comunas. También el empleo, por el descenso en el movimiento de vehículos usados en el puerto, mecánicos que trabajan en los cambios de volantes, vendedores y todos quienes trabajan, directa o indirectamente, en el rubro.
De un tiempo a esta parte, las empresas instaladas en Iquique y otras que necesitan ingresar al sistema están en la búsqueda de lugares para desarrollar sus negocios, lógicamente buscaran las mejores alternativas y dentro de esas esta Arica.
Al problema de falta de previsión, proyección y al éxodo de los empresarios automotrices a la ciudad de Arica, ahora se suma la crisis financiera de los mercados mundiales y las constantes alzas de los combustibles, elementos que inexorablemente han disminuido las ventas de vehículos usados y ya comienza a afectar a los otros rubros.
Hace unas semanas, el diputado Fulvio Rossi, retomó la idea y planteó derechamente que se incluya en la actual legislación de Zona Franca el derecho de los usuarios del sistema a que puedan comprar el terreno en donde desempeñan sus actividades comerciales. Esto permitiría desincentivar la migración de empresarios hacia el extranjero u otros puntos del país, particularmente, hacia la ciudad de Arica.
Debemos tomar medidas urgentes para proteger a nuestra mayor generadora de empleo o sea Zofri, si nos demoramos nos puede pasar lo de la crisis anterior. Me imagino que todos se acuerdan de los pasillos vacíos y la mayor parte de los módulos de Zofri cerrados.