Crónica de opinión publicada en La Estrella el 20 de marzo de 2010
Pedro Henríquez Schafer, vicepresidente Asociación Usuarios Zofri A.G.1
Como consecuencia de un sismo, con características de terremoto, acontecido en las cercanías de Rancagua el pasado jueves 11 de marzo, la oficina regional de la ONEMI decretó una alerta preventiva de tsunami para la ciudad, la que evidentemente causó temor y hasta pánico en sus habitantes, quienes ante el llamado de la autoridad evacuaron las zonas de posible inundación, como el sector bancario, el comercio del centro y, por supuesto, todo el barrio industrial y recinto de Zona Franca, entre otros, trasladándose hasta las líneas de seguridad pre-establecidas.-
Mención destacada debe hacerse de los establecimientos educacionales, profesores, alumnados y administrativos, que rápidamente desalojaron los colegios y jardines infantiles ubicados en el borde costero, que en pocos minutos organizaron la evacuación y traslado de los educandos y párvulos a zonas seguras.-
Pasada la alarma preventiva, es necesario hacer algunas reflexiones: Sabido es que Iquique no cuenta con un sistema conocido por la ciudad para alertar de la ocurrencia de un tsunami, que permita coordinar la evacuación de las zona de inundación con certeza, rapidez, orden y oportunamente, sin embargo por circunstancia que deberán analizarse por quienes tienen la responsabilidad de la seguridad de la ciudadanía, ante este posible evento, y aún con la carencia de un sistema, funcionó el llamado y la ciudadanía reacción en la forma adecuada.- Este aviso fue de día cuando todos los sistema de comunicación estaban activados y la población pudo ser informada con rapidez, no obstante hay que preguntarse que hubiere pasado si esto hubiese ocurrido en la noche, ¿hay un sistema confiable y expedito para que la autoridad, en forma oportuna y veraz, tome conocimiento de un posible tsunami?, ¿existe un organismo u oficina alerta las 24 horas y los 365 días, que pueda recibir la alarma y transmitirla a con rapidez y certeza a la población?, ¿se podrán evacuar oportunamente las área de peligro?, es probable que la respuesta sea negativa, por lo que debe insistirse a las autoridades comunales y regionales en la necesidad de contar con un sistema adecuado de alarma para no tener que lamentar después posibles desgracias que estamos aun a tiempo de evitar.
Desde otra perspectiva, la oficina central de la Onemi decretó una alarma preventiva de tsunami para el área comprendida entre la cuarta y décima Región, sin embargo la oficina regional de Iquique activó dicha alarma también para la ciudad de Iquique, al tomar esa decisión ¿contaba con información que el resto de la ciudadanía ignora?, ¿fue víctima de una exageración? o ¿fue presa de una crisis de histeria o pánico?, sea cual fuere la razón debe ser aclarada y explicada, la ciudadanía tiene derecho a saber que es lo que realmente paso, porque una autoridad los preocupó y asustó, porque arriesgo a tanto niño y párvulo que debió abandonar sus colegios, en algunos casos en forma muy precaria, porque paralizó toda la actividad comercial y financiera de la ciudad, sin preveer el daño que una alarma fundada en un inexistente riesgo podía causar a toda una ciudad.- El tema debe ser tratado con especial cuidado, con base científica y sin exagerar , aquí la máxima de que es mejor prevenir que curar puede no ser aplicable, ya que también a futuro puede pasar lo del cuento del lobo y nadie le creerá a las alertas cuando realmente correspondan.
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