lunes, 20 de octubre de 2008

CRISIS MUNDIAL Y LOCAL

Por Amín Sade Amado, presidente AUZ
Crónica de opinión, publicada en el Diario La Estrella de Iquique, el viernes 17 de octubre de 2008.

Durante las últimas semanas, el mundo ha estado expectante al movimiento bursátil de las bolsas de comercio para vislumbrar algún atisbo de mejora en la economía global. El desplome de ellas ha ratificado que el millonario plan de salvataje implementado por Estados Unidos y replicado por algunos países europeos, no causó los efectos esperados.
En la comunidad en general existe temor, ansiedad, desconcierto y frustración por el futuro que parece cada día más incierto.
El problema es la postergación de los proyectos personales y profesionales. Además, en muchas oportunidades, tomamos decisiones apresuradas como, por ejemplo, el cambio de nuestros dineros previsionales a fondos de menor riesgo.
Los fondos de la AFP bajan, el dólar sube, el cobre baja, que la plata vale menos, las deudas aumentan. Una suerte de pánico colectivo.
Como dijimos, todo como consecuencia del fracasado sistema financiero y crediticio norteamericano.
La actual crisis se debe, en parte, a la afluencia de los ahorros del mundo entero en Estados Unidos. Su principal fortaleza radicaba en la supuesta eficiencia y el enorme tamaño de su mercado de capitales y sus protecciones legales. Sin embargo, sus posibilidades de inversión productiva eran insuficientes. Para absorber esa cantidad de capital, iniciaron la aplicación de créditos de mala calidad, como los hipotecarios, que gatillaron la debacle.
Así que la crisis llegó y todo hace pensar que se quedará por varios años. Lo mismo sucedió con la denominada Crisis Asiática a fines de la década pasada.
Para quienes tienen mala memoria, a nivel nacional, ocasionó serios trastornos en la economía nacional. Las cifras de desempleo alcanzaron los dos dígitos. A nivel local, la situación no fue diferente. Muchas empresas instaladas en la Zona Franca de Iquique cerraron sus puertas. Algunas emigraron en busca de un horizonte mejor. Bastaba recorrer el Mall Zofri para darse cuenta de los locales vacíos.
Las cifras negativas fueron lentamente recuperándose, así también cientos de empresarios que siguieron en el sistema, arriesgando incluso su patrimonio.
Hoy enfrentamos esta nueva crisis con ciertos resguardos. El propio Ministro de Hacienda ha ratificado que el país está en buen pie económico y gracias al ahorro en periodo de "Vacas gordas", el presupuesto para el 2009 no sufrirá mayores recortes, menos en el área social.
Sin embargo, es innegable que los efectos ya se están sintiendo en los bolsillos de los chilenos y también de los iquiqueños.
También en los usuarios de Zofri, que ven como Bolivia, nuestro principal socio comercial, sentirá con mayor rigor los efectos de la crisis. Si a su complicado escenario político se suma su permeabilidad a los vaivenes de la economía mundial, no es aventurado pensar que las ventas del sistema franco al país altiplánico descenderán considerablemente en el corto plazo. Ello podría provocar, inexorablemente, una baja en las importaciones de Zofri y, por ende, una merma considerable en los puestos de trabajo, por el menor dinamismo económico.
Usuarios de Zofri han reconocido que durante el último fin de semana largo, con motivo de las celebraciones de Fiestas Patrias, las ventas no fueron las esperadas, y muy por debajo de las del 2007.
Es quizás, una señal de alerta del futuro incierto que se nos presenta. Un escenario que debemos enfrentar con optimismo, pero con decisiones acertadas. Por ello, es imperativo que las autoridades generen las herramientas para no detener la economía, incentivar la inversión. Dicen que el mejor momento para crecer es durante las crisis. Pero para concretarlo es necesario determinación. De lo contrario, estaremos destinados a sufrir directa y brutalmente los efectos de la crisis financiera internacional, y pagando "los platos rotos" de otros.

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