viernes, 9 de enero de 2009

CUIDADO CON EL CURA

Crónica de opinión, publicada el Viernes 26 de diciembre de 2008 en el Diario La Estrella de Iquique.
Por Amín Sade Amado, presidente AUZ.

Cuando hace exactamente un año atrás nos preparábamos para recibir este 2008, nadie presagiaba lo que vendría en el ámbito financiero. Por ello, a horas de repetir la tradicional ceremonia de fin de año, debemos desear que el milagro de la Navidad nos ilumine a todos en encontrar las mejores alternativas para enfrentar esta mentada crisis.
Siendo nuestra ciudad un aparente oasis de paz y tranquilidad deberíamos esperar un menor daño gracias a las actividades que hoy nos sustentan. Una minería que debe ser capaz de contribuir. Un turismo que se verá fuertemente fortalecido porque nuestros connacionales preferirán el vacacionar en su propio país. También el nuevo precio del dólar bajará los costos para los extranjeros que nos visiten.
La Zona Franca deberá recibir algunos beneficios producto de la fortaleza mostrada por la moneda de nuestros vecinos bolivianos.
Por otra parte, nos parece loable la actitud de actores que, reconociendo la existencia del problema, han decidido atacarlo poniendo en práctica políticas que contribuyan a aliviarlo y que beneficien a los menos protegidos. Esperamos de quienes tienen el poder local de decisión, adopten resoluciones que se sumen a las que un gran acuerdo nacional está propiciando para combatir la crisis financiera.
Hoy grandes empresas con visión de futuro han decidido rebajar tarifas, flexibilizar cobranza, crear nuevas oportunidades en tiempos de crisis etc. El Gobierno ahora, inquieto por lo que sabe puede suceder, trata de incentivar la mantención del empleo o crear otros con la inyección de recursos para sectores de alto uso de mano de obra.
Zona Franca no será una excepción, la Administradora debe entender que la situación está siendo agravada por los efectos de resoluciones dictadas por países vecinos. Entonces ¿qué estamos haciendo por nuestro sistema? La respuesta no es afortunada pues al parecer la mentalidad de empleado estatal que les esquematiza no les permite anticiparse. No entienden como reaccionan las empresas cuando los efectos que producen ciertas medidas están poniendo en peligro las rentabilidades. Caso patético figurado en el éxodo propiciado por empresas automotrices.
No nos afirmemos de falsas ilusiones comparándonos que somos una empresa comparable en ventas a las exportaciones vitivinícolas del país. Ello es una irresponsabilidad pues las cifras las damos los usuarios, los que compramos y vendemos y sólo nosotros tenemos la sensibilidad del mercado, sólo nosotros sabemos si los números se lograrán mantener o cuanto caerán, la Administración del sistema sólo nos arrienda espacios, no son quienes producen las ventas y por lo tanto difícil que tengan la sensibilidad requerida para pronosticar.
Por eso amigos, si bien es cierto debemos preocuparnos no podemos caer en esa frase que me llamaba la atención desde niño. Nuestras abuelas ejemplarizaban las situaciones de sobreprotección como "Los cuidados del sacristán mataron al señor cura". Se referían a que el cuidado debe ser en justa medida sin sobrepasarnos ni alarmarnos pues ello sí nos precipitaría voluntariamente a la crisis. No olvidemos el caso reciente que se produjo en Iquique. Con el rumor de una posible escasez de arroz, nos precipitamos a comprar y ¿Cuál fue el resultado? Que todavía estamos comiendo arroz todos los días. Más aún hay casas que todavía tienen reserva para rato. Por ello, preocupémonos, seamos cautos, pero no nos detengamos. Ello llevaría a brutales bajas en las ventas, quiebre de empresas y despidos masivos. Estaríamos empujándonos hacia la crisis. Nos estaríamos pasando de revoluciones. Estaríamos dándole demasiada medicina al enfermo. Estaríamos matando al señor Cura.
Tranquilidad para enfrentar los tiempos duros que se nos avecinan es lo que necesitamos. Por ahora acerquémonos más al Señor y pidamos por los más necesitados que siempre son los que mas sufren. Un abrazo a todos nuestros lectores y socios de la AUZ. Pensemos que en estas fiestas en que el cielo se abre, nos cobijen los brazos del Señor. Se los deseo de corazón.

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