Crónica de opinión, publicada en el diario La Estrella de Iquique, el sábado 27 de junio de 2009.
Por Amín Sade Amado, presidente AUZ
Pese a la crisis económica, Iquique sigue consolidándose como una de las ciudades más prósperas del país, con un desarrollo y crecimiento envidiable.Gran parte de los méritos se debe a la amalgama de culturas que integran la comunidad, una ciudad cosmopolita por excelencia.Primero llegaron a la zona ingleses, italianos, croatas, chinos, españoles, los cuales con su empuje apoyaron la época dorada del salitre y cimentaron lo que es hoy nuestra ciudad. Posteriormente, miles de chilenos, principalmente de la zona sur del país, llegaron a la ciudad motivados por el auge de la industria pesquera.Luego, a raíz de la creación de la Zona Franca, se sumaron nuevos extranjeros, como hindúes, pakistaníes y chinos. Incluso la Crisis Asiática a fines de 2007 permitió nuevamente la llegada masiva de chilenos, provenientes de la zona central del país, los cuales muchos de ellos se instalaron en una de las tomas más grandes conocida hasta entonces e instalada en Alto Hospicio. El Gobierno incluso intervino generando el ya famoso Plan Integral.La llegada de nuevos integrantes a la comunidad cosmopolita de Iquique no paró ahí. Le siguieron peruanos, que buscando expectativas mejores dejaron su país de origen. En su mayoría se incorporaron a labores de construcción en el caso de hombre y cuidado de niños en las mujeres. El desarrollo de la Zofri también fue un atractivo para bolivianos que decidieron radicarse definitivamente en nuestra ciudad. Así nació el barrio que hoy lleva su nombre.Posteriormente, ecuatorianos y colombianos llegaron hasta Iquique, y en una cifra menor, de Argentina, Brasil y Uruguay. Mientras esto sucedía, Iquique seguía consolidándose como uno de los principales destinos turísticos y comerciales del país.La ecuación de Iquique sol y playas todo el año, con hermosos atractivos en las zonas del interior, sumado a compras todo el año libre de impuestos en Zofri, fue la fórmula perfecta para seguir en la senda del crecimiento y desarrollo sostenido.Sin embargo, la multiculturalidad trajo consigo varios problemas asociados. Uno de ellos fue indiscutiblemente la delincuencia, que durante los últimos años ha aumentado de manera alarmante.Nuestra ciudad está por sobre la media nacional en materia de inseguridad y delincuencia.Los casos de violencia ocurridos en el denominado Barrio Boliviano, el enfrentamiento entre residentes peruanos y colombianos y el robo de camioneta 4x4 para trasladarlas a Bolivia corroboran la relación directa entre estos hechos y la nueva sociedad iquiqueña que está naciendo.Nadie critica la llegada de nuevos extranjeros. El problema de fondo son las medidas adoptadas por las autoridades para poner atajo a los casos extremos de violencia que mantienen en vilo a toda la ciudadanía, ya acostumbrada además a robos con violencia en sus viviendas, lanzazos, a lo que se suma el tráfico ilimitado de drogas.Esta falta de seguridad en Iquique, especialmente en el centro de la ciudad, llevaron según la publicación de La Estrella de Iquique, al Gobierno a aplicar un plan de intervención, en un trabajo en conjunto entre el Ministerio del Interior, Carabineros, Investigaciones, el municipio y las propias juntas de vecinos.Es de esperar que las nuevas medidas permitan devolverles la tranquilidad a los vecinos para retomar su calidad de vida. Los iquiqueños, y digo los no tan antiguos, todavía recuerdan en su niñez las puertas abiertas de sus viviendas, incluso el “hilo” para abrirlas; el respeto a las personas, a la propiedad privada, el derecho a utilizar los espacios públicos, la mayoría de ellos ahora invadidos por delincuentes, especialmente durante las noches.El aumento de los actos delictuales es la representación más palpable del relajo en materia preventiva de nuestras autoridades y de los organismos encargados de velar por ella.
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