Crónica de opinión, por Felipe Illanes Petersen, Past Presidente, Asociación Usuarios Zofri A.G.1
Publicada en el diario La Estrella de Iquique, el viernes 9 de octubre de 2009.-
Próximamente la Municipalidad de Iquique y el Cuerpo de Concejales, a instancia de algunos concejales y ambientalistas, organizó la consulta ciudadana sobre la instalación de centrales termoeléctricas a carbón. ¿Más termoeléctricas a carbón en Iquique? será la pregunta que cada habitante deberá considerar en conciencia y marcar con una raya por sí o por no. La votación será secreta, pero no obligatoria, y los participantes tendrán que hacerlo en urna, tal como en una elección de autoridades.
La consulta ciudadana, representa una legítima voluntad del gobierno comunal por involucrarse en la temática contingentes, especialmente aquellas referidas a la preocupación por el cuidado del medioambiente, interferencias con el Plan de Desarrollo Comunal, y riegos a la actividad turística. Si el rechazo es mayoritario en la consulta, el municipio iniciaría acciones legales para evitar que éstas funcionen.
Como toda consulta tiene una parte y una contraparte, y da la impresión que en la temática de la instalación de las termoeléctricas a carbón nadie estuviese a favor de ellas. Parece que hablan mucho quienes se oponen, pero poco o nada los que proponen y menos los que solucionan.
Veamos otras consideraciones. Es reconocida la debilidad de Chile y nuestra zona aún más, respecto a la carencia de producir energía necesaria para abastecer a su población y sus industrias. Ya el gas boliviano se esfumó para nosotros. El gas desde Argentina también, cuando cerró “su llave de paso”, y obligó al Gobierno a pensar en otra alternativa de abastecimiento, que se concretó con la instalación de una planta en Quinteros, donde llegan naves de todo el mundo con gas natural.
Otro antecedente importante que agregar es que gobierno ha sido, aunque tardío, impulsor en promover la ampliación de la matriz energética, promoviendo el estudio de energías limpias y renovables, y con un mínimo impacto en el medioambiente. Energía eólica, solar y incluso la geotérmica, (lamentablemente difundida por el incidente cerca del El Tatio en San Pedro de Atacama) , son intentos legítimos de ampliar nuestra matriz energética, pero que claramente no resolverá ni cercanamente el problema de dependencia del suministro en el corto, ni siquiera en el mediano plazo.
¿Acaso serán idiotas los ejecutivos e inversionistas de las empresas eléctricas que vienen a instalar caprichosamente dos plantas de producción de energía a carbón en la zona? Acaso no será que existe una demanda de energía en Tarapacá, que debe ser cubierta a la brevedad, para asegurar nuestro CRECIMIENTO y desarrollo productivo. Al parecer la alternativa de instalar dos centrales termoeléctricas en el borde costero, en el sector de Patache sería necesaria, pues de otra manera no se entiende en emprendimiento de materializarla, a pesar de las voces de alerta.
Mientras ambientalistas y un porcentaje de la ciudadanía está en contra de la instalación de las termoeléctricas, la pregunta razonable es ¿cuánto más en dinero en nuevas tarifas estamos dispuestos a pagar en costo de energía para no contaminar y cuántas ampliaciones de proyectos productivos tendrán que postergarse a la espera de otras energías más limpias? ¿Deberán postergarse las proyectadas ampliaciones mineras y regularse y restarse a nuestro crecimiento? ¿Por éste camino acaso prohibiremos luego la circulación de vehículos diesel? ¿Condenaremos a los automovilistas y los castigaremos con restricciones? ¿Estamos dispuestos a un racionamiento para minimizar la contaminación? ¿Quién puede informar en definitiva de cuáles son los proyectos alternativos y practicables de generación eléctrica que tenemos para Iquique? ¿Podremos obligarlos a producir con gas o con diesel? ¿Y estarán a tiempo? ¿Tendremos costo aceptable para ello?
La necesidad de energía en la zona debe ser analizada con altura de miras, con una discusión que permita acercar las partes y buscar puntos en común. No se trata de aprobar o rechazar la instalación de las termoeléctricas, sino de buscar soluciones a nuestra imperiosa necesidad de energía. Obviamente la energía a carbón puede generar residuos y grados de contaminación, que pueden mitigarse, controlarse y regularse. Es responsabilidad de nuestras autoridades fiscalizar el impacto ambiental de las iniciativas privadas, especialmente la Municipalidad, Salud y Conama, entre otras. Estoy seguro que nuestra alcaldesa, buscará el equilibrio necesario para que Iquique tenga la energía necesaria, ojala limpia, acorde con una ciudad pujante y progresista que tiene también en el turismo un futuro que está a la vuelta de la esquina.
No basta con negarse o aprobar, sino generar un diálogo transparente, considerando las nuevas oportunidades de desarrollo, y teniendo en cuenta nuestras debilidades y amenazas.
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