RESPETO A LA AUTORIDAD

Por María Alena Carrasco, gerenta Asociación Usuarios Zofri A.G.
Crónica de opinión, publicada en el diario La Estrella de Iquique, viernes 5 de septiembre de 2008.

Durante las últimas semanas hemos sido testigos cómo ha sido mermada la integridad del personal policial. Primero fue durante el arresto de un sospechoso, donde familiares y vecinos increparon, insultaron y golpearon, a por lo menos, una docena de Carabineros, que legítimamente estaban desarrollando su labor.
El lunes, dos Carabineros motoristas fueron golpeados por dos sujetos en el Barrio El Morro durante un control rutinario.
Desde un tiempo a esta parte, hemos sido testigos de cómo, lamentablemente, se ha relajado el respeto a la autoridad y a quienes la representan. No se trata de victimizar a una institución o autoridad determinada, sino de reconocer un problema latente, endémico y de vertiginoso avance.
El otro día mientras caminaba por el sector costero de la ciudad, aprecié el importante número de vagabundos que vive durante ya años en los principales paseos de Iquique. Vanos han sido los intentos por erradicarlos: Huayquique, Playa Brava, Cavancha (playa y península), Paseo Balmaceda, barrio El Morro, ingreso al puerto, Paseo Lynch, Barrio Industrial, sector del Marinero desconocido, ingreso a Iquique son algunos de los "sitios disponibles para acampar".
Hace tres o menos años, esta situación era impensada, principalmente porque no se condice con nuestra condición turística. No se trata de sacarlos, sino de reinsertarlos, de otorgarles oportunidades para salir adelante. ¿Pero qué induce a este tipo de actos? En mi opinión, a un relajo del sistema imperante, donde las autoridades de gobierno y municipales, no han tenido la suficiente firmeza para terminar con las personas que viven en situación de calle y generar soluciones.
El problema de los espacios comunes también tiene como ejemplo el comercio ambulante, que a vista y paciencia de los establecidos, ejercen su actividad ilegal. No pagan impuestos y los responsables hacen "la vista gorda". Es conocida la relación en este tipo de ejercicio y la delincuencia, el micro-tráfico, el contrabando, el entorpecimiento del tránsito peatonal por las principales calles de la ciudad.
El relajo es evidente. Basta dar un paseo, como dije, por el borde costero, por el centro de la ciudad o la misma Zona Franca. Es lamentable que las instituciones, en estos casos, no funcionen.
Cuando alabamos la labor fiscalizadora de Carabineros para detener la acción de los denominados "gatos" en el Barrio Industrial, que asaltaban los camiones con mercadería, tras su ausencia preventiva, retorna la acción de estos sujetos.
Por su parte, el municipio intenta, con operativos, sacar a los indigentes del borde costero, pero al menor descuido, retornan a sus "sectores de privilegio".
La basura, los perros vagos, los patos yecos, el caótico tránsito vehicular, el déficit en iluminación, la recuperación de los espacios públicos, los hoyos de las calles, problemas medio ambientales, son más ejemplos que a estas alturas ya no resisten mayor análisis.
Focalizar los intereses de la comunidad y resolverlos a la brevedad creo que debe ser el horizonte a corto plazo, pues de otra manera el nivel de relajo y desidia por actuar terminará por mermar el acato a la autoridad y, por defecto, a los propios habitantes que desean vivir en paz y armonía, en una ciudad limpia y respetuosa por el prójimo.
Ante todo esto, debemos resaltar que en reunión del 27 de agosto entidades como la Municipalidad, Carabineros, Aduana e Investigaciones en conjunto con Zofrisa se comprometieron a comenzar a realizar operativos en el Barrio Industrial y calles aledañas a Zofri para erradicar los focos de basura, mejorar el tránsito llevándose los autos mal estacionados o abandonados y fiscalizando los carros de comida que aparecen en distintas partes de Zona Franca.